Salud cardiovascular: Ayudan a reducir los niveles de triglicéridos en sangre, disminuyen la presión arterial y pueden mejorar la función endotelial, lo que beneficia al corazón y los vasos sanguíneos.
Función cerebral y cognitiva: El DHA es un componente esencial en la estructura del cerebro y se ha asociado con una mejor función cognitiva y memoria, especialmente en etapas de desarrollo y en adultos mayores.
Reducción de la inflamación: Los Omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar afecciones inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide.
Desarrollo infantil: Son fundamentales para el desarrollo del cerebro y la visión en bebés y niños, y se recomienda a las mujeres embarazadas y lactantes consumir suficiente Omega-3.
Salud ocular: El DHA es un componente importante de la retina, y una ingesta adecuada de Omega-3 puede ayudar a mantener la salud de los ojos y prevenir condiciones tales como la degeneración macular.
Regulación del estado de ánimo: Pueden tener un efecto positivo en la salud mental, incluyendo la reducción del riesgo de depresión y el apoyo en el manejo de trastornos del estado de ánimo.
Apoyo al sistema inmunológico: Los Omega-3 pueden ayudar a mejorar la función inmunológica y reducir la inflamación, lo que puede resultar beneficioso en casos de enfermedades autoinmunes.
Salud de la piel: Pueden ayudar a mantener la piel saludable y reducir los síntomas de afecciones como la dermatitis atópica.